
El ciclismo es un deporte que año a año enamora a millones de personas en todo el mundo. Se trata de un ejercicio de tipo aeróbico que nos brinda la oportunidad de contemplar hermosos paisajes, pasar un buen momento junto a nuestros amigos, o bien trasladarnos por la ciudad al tiempo que acondicionamos nuestro cuerpo.
Al tratarse de un ejercicio de bajo impacto para huesos y articulaciones, el ciclismo es una de las actividades físicas predilectas para aquellas personas cuyo objetivo es el de quemar calorías, dejar de lado aquellos kilos de más, y lucir un cuerpo más tonificado. Es justamente por ello que en el día de hoy nos encargaremos de brindar una serie de consejos para bajar de peso con el ciclismo, guiarte a lo largo de las mejores prácticas a adoptar, y en definitiva potenciar tus resultados en el corto, mediano y largo plazo.
Subiendo a la bicicleta para perder peso
Para bajar de peso de forma efectiva con el ciclismo, deberemos procurar adoptar una serie de costumbres en nuestra rutina diaria que nos encaminen hacia aquel anhelado objetivo

- Cuida tu dieta: quizás el punto más importante a la hora de organizar cualquier tipo de entrenamiento. Organizar un plan dietario de la mano de un especialista en el área nos brindará la energía necesaria para encarar nuestros entrenamientos, ayudar a nuestro sistema digestivo en la absorción de nutrientes esenciales, y poco a poco lograr el peso corporal óptimo.
Apunta a incorporar alimentos tales como bananas, nueces, almendras, pasas de uva, avena, leche desnatada, proteínas y alimentos libres de grasas saturadas o gluten y notarás una increíble inyección de energía que potenciará tus salidas en bici al tiempo de promover la pérdida de peso.
- Establece objetivos realistas: establecer objetivos a corto plazo es una de las claves para mantenernos motivados a subirnos a la bicicleta día a día. Siempre es recomendable poner un objetivo semanal de pérdida de peso dentro de los parámetros normales – por ejemplo, 500 gramos a la semana. Esto es un proceso gradual, ¡a no desesperarse!
- Elabora una rutina de entrenamientos: siempre teniendo en cuenta tu disponibilidad a lo largo de la semana, procura establecer una rutina de entrenamiento a la cual puedas apegarte de forma consistente. Ya sea tres, cuatro, o cinco días a la semana, generar un hábito de entrenamiento es uno de los pilares fundamentales de cara a mantener nuestro cuerpo activo de manera sistemática.
- Respeta los períodos de descanso: bien se sabe que los períodos de descanso son tan o más importantes que las sesiones de entrenamiento en sí. Procura respetar tus horas de sueño diarias para ayudar a tus procesos metabólicos en la recuperación del tejido muscular. ¡Ten en cuenta que tu cuerpo seguirá quemando calorías por varias horas luego de cada entrenamiento!
- Acostumbra a estirar tus músculos: realizar sesiones de estiramiento puede brindarnos enormes beneficios de cara a mejorar nuestra flexibilidad, prevenir lesiones en músculos o tendones, y en definitiva prepararnos para encarar un nuevo entrenamiento al ciento por ciento.
- ¡Muévete en bici!: si eres una persona acostumbrada a trasladarte por tu ciudad en bicicleta, ¡bien por ti! Caso contrario, recomendamos dejar de lado el coche o autobús para adoptar la bicicleta como medio de transporte oficial. Moverte al trabajo, supermercado u otros puntos de la ciudad en bicicleta ayudará tus músculos y corazón a mantenerse activos y continuar quemando calorías.