Tomar la decisión de divorciarse es un paso en extremo difícil, tú lo sabes bien. Cuando, además, hay niños de por medio, los padres se sienten bastante culpables de divorciarse.
Tienen temor de que el divorcio marque huellas imborrables en todos y, muy a menudo, piensan que tal vez sea preferible permanecer casados “por el bien de los niños.” Sin embargo, la mayoría de los profesionales que tienen niños a su cuidado opinan que un hogar en el que se ha decidido llevar adelante un divorcio puede resultar emocionalmente más sano que otro en el que los padres se empeñan en mantener un matrimonio mal avenido.
Si a los niños se les proporciona un buen cuidado, comprensión, apoyo emocional y cariño, podrán ser capaces de sortear la crisis familiar y crecer felices, sanos, normales, y llegar a ser adultos capaces de amar y ser amados. Pero, el cuidado, la comprensión, el apoyo emocional y el cariño deben darse de manera evidente y constante, si se desea que su desarrollo continúe por buen camino.
El propósito de este artículo es ayudarte a ti y a tus hijos durante esa época tan confusa, malhumorada y dolorosa.
Asi como tú te sientes invadido por un torrente de sentimientos angustiosos, así se sienten los niños pequeños, tú, por lo menos, tiene palabras para definir claramente lo que está sintiendo; también puede solicitar el apoyo de amigos, parientes y, a menudo, hasta el de un médico o psiquiatra.
No sucede lo mismo con los niños que, casi nunca, tienen las palabras para describir cómo se sienten frente a una situación dolorosa. En lugar de ello, se vuelven, llorones, retroceden en sus etapas de desarrollo.
Se enojan con facilidad, huyen de la realidad, se sienten culpables y se confiesan incapaces de describir lo que están experimentando. Ese es, precisamente, el momento en que el niño necesita recibir toda la ayuda que tú puedas darle para reorganizar todos los aspectos de su vida.
Lo más probable es que tú estés muy ocupado tratando de lograr el mismo objetivo con su propia vida. Te resultará muy grato, darte cuenta de que, a medida que tu hijo es capaz de empezar a comprender lo que es un divorcio, y a exteriorizar sus propios sentimientos, las cosas se vuelven más fáciles para ambos: tu hijo y tu mismo.
Este artículo se ha escrito para ayudar a los niños a entender qué es lo que está sucediendo dentro de su familia.
Este es un artículo que debería leerse de preferencia en compañía del niño y junto a él, en voz alta, y, preferiblemente, unas veces por el padre y otras veces por la madre… como se hace con los cuentos.
De esta manera, tú lograrás acercarte más al niño, y llegará a establecer una comunicación entre ambos, misma que resultará muy benéfica para los dos.
Este es un pequeño artículo estrujante; pero, como sucede con todas las cosas que provocan dolor, es mejor hablar francamente acerca de ellas. A la vez, este es un artículo llena de esperanza a los niños, porque les muestra que, aunque suceden muchas cosas dolorosas durante la vida, ninguna de ellas significa que el mundo ha llegado a su fin.
Las circunstancias y los hechos son diferentes en cada familia. Tú puedes tener uno o más hijos; hacer distintos convenios para fijar quien tiene la custodia sobre de ellos; llegar a diversos arreglos para que los hijos visiten a sus padres; probablemente los estilos de vida de ambos padres son muy diferentes, etcétera.
Lo verdaderamente importante es que, a través de esta lectura, tú te acerques más a tu hijo, y seas capaz de
prestarle ayuda a lo largo de todo el proceso del divorcio.
Tu hijo necesita hacer comentarios, llorar, enojarse, sentirse triste, y hallar su camino propio a través de un mar de confusiones. Tú puedes ayudarlo a que lo haga. Después de todo, para eso son los padres: para ayudar.
Algunos detalles importantes que los padres divorciados deben recordar
Los niños necesitan recibir de sus padres apoyo emocional, comprensión y mucho cariño.
No es necesario que tú o tu ex expliquen, con exceso de detalles, las razones por las cuales tiene intención de divorciarse.
Puede ser que el niño no las entienda, por carecer de significado para él, y que, al revés, le resulten motivo de preocupación.
Las explicaciones más sencillas resultarán más fáciles de comprender por él y le serán menos amenazantes.
Tu niño necesita, constantemente, saber que cuenta con el cariño de ustedes (de los dos padres). Puede llegar a creer que, por el hecho de que tú o tu ex hallas dejado de querer a su pareja en el matrimonio, también lo ha dejado de querer a él.
Es necesario que tú le diga que tal cosa no sucederá nunca. Te aconsejamos que hagas alusión al hecho de que el cariño de los padres es un sentimiento muy especial, que nunca desaparece.
Es posible que tu hijo les exija toda la atención del mundo. Sin embargo, aun cuando se trata de una etapa durante la que él necesita un apoyo extraordinario, no te dejes llevar por la idea de que debe convertirlo en el único propósito de su vida.
No te extrañe que cuando tu hijo esté contigo, manifieste, al mismo tiempo, un enorme deseo de estar con el otro de los padres (papá o mamá, según el caso). Casi o seguramente este deseo te resultará una experiencia dolorosa.
Lo más sencillo será aceptar tal situación, estar de acuerdo con ella, y dejarle saber, con toda precisión, cuándo verá a él o a ella: “Mañana estarás con tu mamá, cuando ella venga a recogerte”o “Papá estará aquí el viernes y te llevará a su departamento”.
Tu niño puede adoptar modales demasiado infantiles para su edad.
Casi siempre es un fenómeno pasajero. Recuerde que en momentos de gran tensión, o de enfermedad, es frecuente que los niños retrocedan en el tiempo, como una estrategia para huir de algo que les resulta doloroso. Esto no quiere decir que deba considerársele un bebito, incapaz de alcanzar la madurez. No es aconsejable que se le castigue por esta conducta, sino más bien que se le apoye para ayudarle a recuperar su pérdida pasajera de confianza en sí mismo.
No debe utilizar a los hijos como armas u objetos agresivos para desquitarse de su ex compañero de matrimonio. Tal conducta es claramente injusta para el niño. Ustedes son adultos y, aunque es obvio que los contactos personales con su ex pareja pueden resultar bastante incómodos y nada cordiales, no es justo, de ninguna manera, mezclar a sus hijos en disgustos que solo atañen a ustedes dos.
Cuando tu antiguo esposo o esposa estén juntos, no es conveniente para el niño estar presente en las agrias discusiones respecto a quién se quedará con qué cosas cuando el divorcio se formalice y llegue el momento de dividir los bienes.
Estos son asuntos que ustedes deben discutir en momentos en los que los hijos no están presentes.
Es muy frecuente que los padres se vuelvan muy indulgentes y “consentidores” con sus hijos, solo porque se sienten culpables de haber llegado a divorciarse. En nada les ayudará a los niños el comprarles toneladas de juguetes, con el solo propósito de hacerlos sentirse mejor. Cariño y comprensión constituyen algo más valioso que un nuevo juego de cubos o un par de muñecas o carritos.
A ti te puede costar más trabajo de lo normal el mantener a tu hijo dentro de las normas de disciplina. A pesar de ello, es importante que tú sigas fijando límites y normas, igual que cuando eras casado. Si el niño ha perdido el control personal, necesita de un adulto para recuperarlo.
Tu hijo necesita experimentar la sensación de completa seguridad. Durante algún tiempo puede caer en estados de angustia a causa de los más pequeños cambios en su modo de vida. No es de extrañar, que si está tratando de superar un cambio tan fundamental, como es el que sus padres se divorcien, aun los más pequeños detalles le pueden resultar muy perturbadores. Necesitará, constantemente, que tú le reafirme que se hará todo lo posible para darle seguridad y protección.
Puede ser que tu hijo sienta un gran disgusto frente al hecho de que ustedes van a divorciarse, y, sin embargo, le sea difícil hacerlo saber. Como consecuencia, hará berrinches por cualquier motivo.
Resultará muy adecuado, en tales casos, que tú le hagas saber que comprendes el que sienta coraje frente a sus padres y que no tiene nada de malo que tenga tales sentimientos. El enojo es una reacción natural ante una pérdida que causa dolor. Lo más probable es que el niño necesite ayuda para canalizar dicha rabia en alguna otra acción constructiva.
También es común que los niños tengan cierto sentido de culpa ante el hecho del divorcio; piensan que, de alguna manera, han sido responsables de que tal cosa sucediera, por haberse portado mal o por haber hecho travesuras.
Algunos niños que piensan de esta manera pueden, inclusive, llegar a someter a prueba a sus padres por medio de un constante mal comportamiento, a fin de tantear si los padres los abandonan o dejan de quererlos como antes los
querían.
Por esta razón, es muy importante que tu le digas, tantas veces como sea necesario, que los niños no tienen ninguna responsabilidad en la decisión que tomaron sus padres, y que no la consideren como una falta de parte de ellos.
Algunos niños pueden imaginarse que poseen los medios o la fuerza para hacer que sus padres recobren la felicidad, de tal manera que no lleguen a separarse y, aún más, que se casen nuevamente.
Es muy importante recordarle a los hijos que el divorciarse no se debió a alguna cosa que ellos hicieron y que, por consiguiente, no es a ellos a quienes les corresponde resanar las dificultades existentes entre ustedes. El divorcio es una decisión ya hecha y los hijos deben aprender a aceptarla como tal.
Tu hijo puede sentirse extraño, o avergonzado, porque otros sepan que sus padres son divorciados.
Muchas veces los niños creen que se trata de una situación que sólo ha tenido lugar en su familia, y en ninguna otra. Si ty tiene parientes o amigos que son divorciados, puede ser conveniente que tu hagas comentarios como: “Sabes, el papá y la mamá de Luis se han divorciado, igual que lo vamos hacer tu papá y yo.”
No olvide que tu niño sigue siendo niño. De nada le servirá hacerle creer otra cosa diciéndole: “Ahora tú eres el hombre de esta casa”o“Ahora tú eres la mujercita de Papá.” Los niños necesitan saber que los adultos siguen siendo los responsables del mundo y que, en ese sentido, nada ha cambiado.
Algunos niños pueden tener miedo de acostarse y dormir solos. Aun cuando tu mismo puedas tener una sensación de soledad, no es conveniente, de ningún modo, dejar que sus hijos duerman contigo en el mismo cuarto. El ser indulgente en este aspecto sólo sirve para confirmar sus miedos y para hacerles creer que si están solos algo puede pasarles. Recuérdele que él tiene su propia cama y tu tienes la tuya propia.
Es posible que algunas de las cosas que tu hijo prefiera, o aun algunos modales, le recuerden a su antigua pareja de matrimonio, y que, por ello, se sienta a disgusto. Aceptemos que esta es una reacción natural de su parte; sin embargo, es importante que tu hijo se sienta identificado con sus padres (mamá y papá) y satisfecho con aquello que aprendió de cada uno. Puede resultarle muy alarmante oírte decir: “Te portas igual que tu padre (o madre) y por eso haces (o dices) las cosas de esa manera.” Ten cuidado: tu hijo podría llegar a pensar que tu quieres divorciarte también de él.
Después de que el divorcio se ha consumado, los padres tienden a pensar que cualquier rasgo de mal comportamiento, o cualquier etapa de infelicidad por parte del niño, es producto directo del divorcio. Por supuesto que ésta es una falsa impresión.
Todos los niños pasan por etapas muy broncas en su desarrollo y algunas épocas de la vida les resultan (como a ti mismo) mucho más difíciles que otras. No sería sensato que tu te pasaras el resto de tu vida pensando que todo podría haber sido color de rosa para tus hijos si tu no hubiera tomado la decisión de divorciarte.
El hecho de que tu se haya divorciado no es el fin del mundo, ni para ti ,ni para tus hijos. Es una etapa difícil y dolorosa para todos los que la viven, pero la vida debe seguir adelante. Con el paso del tiempo, con una buena dosis de ayuda, apoyo, reafirmación personal y amor, tu y sus niños seguirán creciendo, desarrollándose y disfrutando de la vida.
Espero que esta pequeña guía sirva para ayudarte a ti y a tus hijos a sobrellevar esta amarga experiencia y recuerda no es el fin del mundo y adelante.