Hoy vamos a platicar en la sección que tenemos en el sitio de bebes y niños sobre la natación en el embarazo, así que si tú quieres continuar haciendo ejercicio durante tu embarazo, puedes nadar con regularidad.
Recuerda que aunque tú no sepas nadar, podrás mantenerte en óptima condición física durante el embarazo, practicando esta sencilla rutina acuática la cual te la pondremos la final del artículo (son 5 fáciles ejercicios).
Además de divertida y relajante, es ideal para mantener los músculos firmes, antes y después de que tu bebé nazca.
La natación es una forma muy agradable de hacer ejercicio, que no plantea ninguna amenaza para tu bebé por nacer, a menos, desde luego, que te lances a extenuantes sesiones en la alberca, como si estuviera entrenando para los Juegos Olímpicos.
Pero, ¿qué tal si no sabes nadar? Pues aun así puede hacer ejercicio en el agua. Y tanto tú como tu bebé se beneficiarán.
Una ventaja del ejercicio en el agua es que es muy relajante. Además de tonificar todo el cuerpo, mantiene las articulaciones más flexibles y los músculos más activos.
Si sufres de dolores de espalda durante el embarazo, probablemente encontrará los ejercicios en el agua esencialmente útiles para ti.
En tiempos de calor, cuando el peso del abdomen resulta más abrumador que nunca, tus sesiones en la alberca le resultarán muy refrescantes.
Además, hay menos probabilidades de que se lastime cuando hace ejercicio en el agua, que fuera de ella, porque tu cuerpo, al flotar, pesa mucho menos.
Puede empezar a hacer ejercicio tan pronto como sepa que está embarazada, siempre y cuando te sientas bien y su ginecólogo lo autorice. Y puede seguirlos haciendo hasta el alumbramiento mismo. Se sabe de algunas madres que empezaron a sentir las primeras contracciones mientras hacían sus ejercicios en el agua.
En este sentido, es importante acudir a lugares donde haya servicios médicos.
Desde luego, la recomendación fundamental, tanto para iniciar este programa de ejercicios acuáticos, como para llevarlos hasta el final, es consultar a tu doctor y mantenerlo informado durante sus visitas periódicas de lo que está haciendo en la alberca.
Los casos en que el ginecólogo seguramente prohibirá la práctica de ejercicios acuáticos (y de cualquier otro tipo) es si tú sufres anemia, toxemia, náusea o hinchazones o si ha tenido un aborto o un historial de tendencia a abortar.
LAS CONDICIONES IDEALES PARA HACER NATACIÓN EN EL EMBARAZO
De manera ideal, estos ejercicios se deben practicar en una alberca o piscina poco profunda, en agua templada y bajo la vigilancia de un buen entrenador. De hecho, en muchos clubes e instituciones deportivas hay clases para embarazadas, donde se realizan estos ejercicios bajo la guía de un instructor especializado.
No necesita un traje de baño de maternidad, a menos que las reglas del club lo exijan así. Cuando se trata de clases en clubes privados se pueden hacer con pantaloncitos cortos y una playera larga.
Si tú haces estos ejercicios durante todo el embarazo, es más probable que tenga un alumbramiento más rápido y sencillo. Los músculos «bien trabajados» se distienden con mayor facilidad, lo cual le garantiza un parto más rápido y una mejor recuperación.
Además, encontrarás que te será mucho más sencillo recuperar tu silueta después del nacimiento del tu hijo.
La mayor parte de las clases de gimnasia acuática se dan antes y después del alumbramiento, así que puedes continuar con ellas en cuanto tu ginecólogo la autorice a reanudarlas después de que haya nacido su hijo.
La natación en el embarazo depende, naturalmente, de tu recuperación total, pero por lo general es tan pronto como hayas dejado de sangrar.
Es una buena idea continuar con los ejercicios cuando menos tres meses después, para recobrar por completo la figura.
Tal vez después de ese tiempo pueda averiguar si hay en su localidad algún lugar donde den clases de natación para mamas y bebés, de modo que tu hijo pueda experimentar también los placeres del agua y aprender a nadar aún antes de aprender a caminar.
1. Para ejercitar las piernas y flexionar las articulaciones de la cadera.
Ponte de pie dentro de la alberca, deteniéndote de la orilla y mirando hacia un extremo de la alberca. Levanta la pierna izquierda frente a ti, tanto como te sea posible.
Bájala a la posición original. Después balancea la misma pierna izquierda hacia un lado, hacia atrás y hacia adelante. Mantén la columna perfectamente erguida.
Es mejor levantar la pierna un poco, pero no inclinarse hacia adelante. Repite el ejercicio tres veces con la pierna izquierda y posteriormente hazlo con la pierna derecha. Esto hace un conjunto completo de ejercicio, que puede ser repetido tres veces.
2. Para dar flexibilidad a las piernas y fortalecer los muslos.
Dobla una rodilla y estira lo más que puedas la pierna contraria (obviamente esto tiene que hacerse en una zona baja de la alberca), un poco hacia atrás. Salta, flotando con suavidad, tres veces sobre la pierna doblada. Cambia la posición de las piernas y repite el ejercicio. Haz este seis veces con cada pierna. Recuerda mantener la espalda erguida en todo momento.
3. Para fortalecer la línea del busto durante el embarazo y la lactancia.
Ponte de rodillas en el agua, tan cómodamente como te sea posible. Mantén la espalda muy erguida. Dobla los brazos frente a tu pecho, de tal modo que se toquen las puntas de los dedos. Presione con los codos hacia atrás, dos veces, y después estire los brazos a los lados, en línea recta. Repite diez veces.
4. Para los brazos y el busto, así como para flexionar la línea de los hombros
Ponte de pie o de rodillas en el agua como te acomodes más, de tal modo que la mayor parte de tu cuerpo quede sumergida. Mantén los brazos estirados y mueve uno a través de tu cuerpo para encontrarse con el otro.
Mueve ambos brazos a través de tu cuerpo hacia el otro lado. Estíralos otra vez a los lados.
Presione con fuerza hacia abajo, hasta que tus brazos queden frente a los muslos y después presione hacia arriba contra el agua, para volver a la posición original.
Por último, siempre con los brazos estirados, haz un movimiento de rotación con todo el brazo hacia atrás, ocho veces, y otro movimiento de rotación hacia adelante, ocho veces. Todos estos movimientos forman un solo ejercicio, que debe repetirse tres veces. Recuerda mantener la espalda erguida y la cabeza en alto.
5. Sentadillas para fortalecer la parte superior de los muslos y la base pélvica.
Ponte de pie, muy erguida, con las caderas contraídas hacia adentro y los hombros un poco hacia atrás. Con lentitud dóblate hacia abajo, no demasiado. Después, dóblate un poco más, hasta quedar «sentada'» en una silla imaginaria. Baja únicamente hasta donde pueda hacerlo con comodidad.
Posteriormente, sube la mitad de la distancia, espera un par de segundos y termina de subir a tu posición original repite esto de seis a diez veces.
Una disculpa por no poner ejemplos o fotos, pero no los tengo a la mano, pero seguro con la explicación te imaginarás como se hacen estos ejercicios que a toda madre le servirán para la natación en el embarazo y pues hasta maqui este artículo un saludo tu amiga Ana Vegana.